¿Aquí o al otro lado?

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2013Autor
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Resumen
Si en la obra de Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas (1865), todo comenzó con un conejo blanco que corría desesperado tratando de alcanzar el tiempo, en Alicia a través del espejo (1872) el personaje encargado de desencadenar el movimiento de la historia sería un gatito negro que lentamente fue enredándose en una madeja de lana. Esta elección de animales podría considerarse algo insignificante, sin vínculos simbólicos con algún tipo de bestiario estético, pero, con un poco más de suspicacia, también podría representar la diferencia de algo más decisivo, algo así como dos modos de acceso a lo fantástico marcados por lo absurdo del inframundo (the underground)1 y lo sublime del espejo. Que, dicho de forma mucho más explícita, remitiría, en la primera obra, a una exploración de la retórica del lenguaje en su intento infructuoso de alcanzar el constante desplazamiento de lo real, en contraste con lo que pasa en la segunda obra, donde la perspectiva estética estaría dispuesta a reconocer la disolución romántica de la herencia semántica de la Ilustración, consistente en la ilusión de un solo sentido para una sola expresión, en un círculo infinito donde los términos lingüísticos se ven impelidos a girar como ruedas exageradamente grandes en el ámbito de lo imaginario.
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Fuente del recurso
- La Tercera Orilla; Núm. 11 (2013)
Enlace a este registro en el Repositorio Institucional UNAB
http://hdl.handle.net/20.500.12749/8729
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